sábado, 26 de enero de 2019

Artículo en El Comercio, 12 de agosto de 2013


¿Te molesta mi arma?

Según la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de uso Civil (Sucamec), existen casi 240,000 armas legales en manos de civiles. Eso no significa que haya la misma cantidad de gente armada, pues hay quienes tienen más de un arma. Menos del 1% de los civiles peruanos posee legalmente un arma de fuego; somos pocos, pero al parecer le molestamos mucho a alguien en el gobierno. Las armas ilegales, el otro lado de la moneda, se estiman en más de 300,000. La cantidad de armas propiedad del Estado Peruano, es mucho mayor, pero no existen cifras oficiales.

No hay reportes en la prensa de casos en los que alguna de esas 240,000 armas particulares, haya sido utilizada por su propietario legal para cometer un delito. No me refiero a incidentes como crímenes pasionales, disparos accidentales, o casos como el del llamado “loco de la Catedral”; me refiero a robos a mano armada, secuestros o asesinatos por contrato (sicariato). Si lo hubiera, sería absurdo; un usuario legal está plenamente identificado por el Estado, con su DNI, certificados varios, y hasta foto en la SUCAMEC. Solo alguien muy tonto, delinquiría con un arma registrada a su nombre.

Sin embargo, el Gobierno usa la absurda teoría de “los usuarios legales son quienes abastecen de armas a la delincuencia” para introducir cambios en la legislación, apretándole el cuello a los usuarios formales.

Hoy, para un usuario legal de armas, es mucho más costoso y mucho más difícil permanecer en la formalidad. El Estado debería de incentivar a quienes son legales, para que nunca dejen de serlo, no al contrario. Si les ponen más dificultades a los formales, se va a repetir el efecto de la década de 1990, cuando se reportaron “perdidas” muchísimas armas. Armas sacadas del registro son muy peligrosas, el efecto podría ser inverso a lo que el gobierno declara como objetivo. Los delincuentes serán los más beneficiados.

Desde diciembre, nuevas normas redujeron la vigencia de las licencias de cinco años a uno, introdujeron nuevos requisitos (algunos francamente ridículos), y establecieron nuevos límites (inferiores claro) a  la cantidad de armas que un civil puede poseer. Quizás lo peor es un intento de decomiso ilegal, al tratar de captar armas, propiedad privada de peruanos, obligando a sus legítimos dueños a venderlas en 180 días. Mención aparte merece el tratamiento del calibre 9 mm Parabellum; se le sataniza, prohíbe y se pretende que los civiles prácticamente les regalen éstas armas a miembros activos de las Fuerzas Armadas o Policía Nacional.

El Decreto Supremo 006-2013-IN viola varios Derechos Constitucionales de los Peruanos, tales como los derechos a la Propiedad, Legítima Defensa y Libre Contratación, por mencionar los más evidentes. Este decreto además atenta la estabilidad jurídica, al pretender aplicar normas nuevas de forma retroactiva, desconociendo derechos civiles adquiridos en gobiernos anteriores a éste.

El Poder Judicial, a pesar de haber recibido unas cien demandas de Acción de Amparo individuales, apenas ha admitido 2; la mayoría sorprendentemente están siendo declaradas “inadmisibles”, aunque es flagrante la violación de varios derechos constitucionales. ¿Acaso estos derechos ya no existen? ¿La estabilidad jurídica del Perú fue eliminada? ¿Quizás algunos artículos de la Constitución han sido derogados y no nos enteramos?

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