martes, 10 de diciembre de 2019

República y Democracia


Hace unos pocos meses, el abogado, supuestamente constitucionalista, Carlos Mesía, de marcada afinidad al partido aprista, dijo en el ahora disuelto congreso, en la Comisión de Constitución, a la que fue invitado por la bancada fujimorista, presidida por la inefable Rosa Bartra, que "al pueblo no se le debe hacer caso". Sus palabras literales fueron:

“Al pueblo no se le hace caso, al pueblo se le gobierna y el pueblo solo tiene derechos, y de esos derechos, al pueblo le nacen de la Constitución, los derechos del pueblo nacen de la Constitución y el pueblo tiene derecho a elegir”.

De inmediato muchísma gente salió a criticarlo, la prensa contraria al fujimorismo lo atacó (con justa razón), políticos, opinadores, politólogos, etc. Muchas personas con gran influencia y supuesta inteligencia, lo criticaron ácidamente. De hecho, yo opino que lo que dijo el Dr. Mesía fue una burrada, no porque el fondo de su opinión esté errada (como creo el 99% de los que lo criticaron, afirman), sino porque usa un argumento válido para aplicarlo a un fin negativo; bloquear los intentos del gobierno para adelantar elecciones o un cierre del congreso (lo que eventualmente sucedió).



Verán, aunque el Perú tiene un gobierno de base democrática, no sigue un esquema de democracia absoluta. ¿Les sorprende lo que leen? Pues así es. El Perú es una REPÚBLICA, incluso el nombre oficial del país así lo identica, La República del Perú.

No, una república no es necesariamente 100% democrática. En nuestro frágil y débil sistema, el poder nace del pueblo (la base de la democracia), pero se hace eligiendo representantes (presidente y congresistas), o sea es una democracia representativa. Pero es básicamente una república, lo que significa que somos lo opuesto a una monarquía; nuestros gobernantes no son una élite familiar que se pasan el poder a dedo o por herencia, como las familias de "nobles" de entre quienes emergía un "rey".



Luis XV de Francia
Antiguamente, se creía que el rey era un ser de ascendencia divina, todopoderoso y su poder era tal, que controla todo en su país, era el dueño absoluto de toda la tierra, los animales, plantas y personas en ella, con poder sobre la vida y la muerte. Todo eso cambió con la revolución francesa, donde literalmente el rey de Francia, Luis XVI, perdió la cabeza, y a partir de ese evento, las monarquías europeas empezaron a perder poder. Actualmente las antiguas monarquías son mayormente constitucionales, tienen un primer ministro, parlamento, y el rey (o reina), ya no tienen el poder de antaño; son actualmente casi sólo figuras decorativas. Los únicos países donde persiste el modelo de monarquía absoluta son Brunei (hogar de su famoso y multimillonario Sultán), Oman y Arabia Saudita.



La principal característica de una República es la separación de poderes. Este mecanismo divide el poder en 2 o más instituciones, usualmente 3; el gobierno central (o federal), el congreso y el poder judicial, todos independientes el uno del otro, y ninguno con poder absoluto, hay un balance de fuerzas, en teoría, para evitar que una de esas entidades cometa abusos. Esta característica en la práctica, limita el poder del pueblo. Me explico; el pueblo elige a los gobernantes y a su congreso, y si ellos quieren cometer algún abuso con el poder que les concedió el pueblo, ya sea porque el gobernante de turno lo decide así o porque el mismo pueblo se lo exije, se tiene un contrapeso (otro poder del estado), otra institución tiene la facultad de evitarlo o al menos retrasarlo. Por lo mismo, el poder no está realmente 100% en el pueblo, como en una democracia total. El poder lo otorga el pueblo, pero no se transfiere de forma absoluta; es dosificado y modulado.



James Madison
Nuestro sistema es parecido al de los Estados Unidos de Norteamérica, allá tampoco el poder lo ejerce el pueblo de forma inmediata y automática. Todo gracias a la inteligencia visionaria de James Madison (considerado el padre de la Constitución americana), artífice de este sistema, que se basó el antiguas repúblicas (como la romana por ejemplo), pero que fue mejorada con mucha astucia y equidad; aunque el principio es similar, en la Roma antigua no todos eran ciudadanos romanos (extranjeros, esclavos y mujeres estaban excluidos).

Por el contrario, un ejemplo de democracia absoluta es el gobierno del Reino Unido o la Gran Bretaña. En el viejo imperio, en la actualidad la reina (actualmente Elizabeth II) no tiene los poderes de antaño, es la Cámara Baja del parlamento (o casa de los comunes, todos elegidos por votación popular), quien tiene el poder absoluto; hace leyes, las deroga, elige al 1er ministro, y lo puede sacar cuando así lo decida; el poder de la cámara baja no tiene contrapeso en ninguna otra institución del estado británico y en este caso, sí se puede decir que el poder está 100% en manos del pueblo. Pero, hablamos de un pueblo maduro, inteligente en su mayoría, que rara vez se deja llevar por populismos y decide, casi siempre, bien.

Regresando al Perú, nuestro sistema republicano con su separación de poderes, está diseñado para que ninguna persona o grupo político en el gobierno, tenga poder de hacer lo que se le venga en gana, con el poder que ganaron en las urnas en unas elecciones libres y democráticas. Es por eso que es muy malo, insisto MUY MALO que un candidato, se elija también con una mayoría absoluta en el congreso; es casi como darle total control del estado. También es malo que un congreso, un grupo político tenga una mayoría contundente (es decir, que sus votos sean más que los de todos los otros grupos juntos), lo acabamos de ver en el Perú, no hay balance, al no tener impedimentos para hacer lo que quieran, pueden empezar a hacer abuso de su poder, y de forma "legal".


Civiles seguidores de Hitler
¿Por qué no es bueno que el pueblo tenga todo el poder en sus manos? Porque muchas personas pueden ser inteligentes, pero la masa es estúpida. Quizás viene de las épocas de las cavernas, donde el humano dependía del grupo para sobrevivir, y seguían casi ciegamente el liderazgo del macho alfa, pero es muy común ver personas con un nivel de inteligencia alto, seguir fanáticamente a una persona que no reune las condiciones de líder. O tienen intereses muy particulares en que ese líder, llegue al gobierno.


¿Por qué? Es simple, para evitar que la mayoría en un país, tiranice a la minoría. Ejemplo, si la mayoría católica en el Perú, coloca un presidente y controla el congreso, y deciden sacar una ley que prohíbe otras religiones, castigando el no ser católico con cárcel, las minorías evangélicas, judías, musulmanas, védicas, ateos y agnósticos, seríamos perseguidos injustamente. Y sería legal. A veces la mayoría es peligrosa. ¿Creen que no podría pasar? Miren lo que la hoy avanzadísima e inteligente Alemania, hizo hace unos 80 años; exáctamente eso.

También es cierto que muchos líderes usan el populismo para ganar seguidores, y para eso es muy útil un pueblo ignorante u ocioso (acostumbrado a vivir de las dádivas del gobierno). Usar el populismo para construir una base de seguidores fanáticos, es una herramienta ampliamente usada, un ejemplo de eso se ha visto recientemente en Venezuela. Me parece que este efecto también se da en el Perú, con el fenómeno del fujimorismo. Hay personas que están tan agradecidas con que Alberto Fujimori les haya llevado luz, asfaltado pistas o construido un colegio en su pueblo, donde nunca antes el estado se preocupó de ellos, que hasta hoy, casi 30 años después, siguen fanáticamente a su hija. Facundo Cabral decía ...le tengo miedo a los idiotas, pues son muchos, y al ser mayoría, hasta eligen presidentes... 

Se sabe hasta el hartazgo que la educación es la única forma de progreso, pero si vemos cómo se gobierna la mayoría de estados en el planeta, no es sorpresa que la inversión pública en educación, sea tan pobre. Los países escandivanos son los que más invierten en educación, pero en el mejor de los casos, esta inversión se acerca al 10% del PBI, pero mundialmente está en una media del 3%, casi siempre superada por las inversiones militares de cada país. Se dice que los políticos quieren a la gente ignorante, para así manipularla fácilmente; ¿a alguien le queda duda que eso es cierto?

No hay sistema perfecto, siempre será posible encontrarle una rendija a la legalidad o una trampita a las reglas. Existe el fraude electoral, o el poder económico que con vastas cantidades de dinero, financian millonarias campañas para elegir a los candidatos de su preferencia, pero que esperan recuperar con creces lo invertido. No se piensa en el bien colectivo, en el progreso del país como una comunidad; la ambición particular avasalla el interés común.


Por eso, el sistema republicano moderno, con su separación de poderes, mecanismos de control y retardo en aplicar las medidas que el pueblo (la masa) exige, es en mi punto de vista, el mejor sistema. No siempre lo que dice el pueblo, es lo más adecuado por hacer, vox populi, vox dei, es una exageración de la democracia. Un líder verdadero debería tener la inteligencia de siempre escuchar a su pueblo, hacerle caso en las cosas que le convienen a todos (en el mediano y largo plazo), y negarse a hacer lo que puede traer malas consecuencias en el futuro, por más que el pueblo se lo pida con las antorchas encendidas en la mano. No siempre el pueblo tiene la razón.


lunes, 9 de diciembre de 2019

Los 4 pilares del futuro




No entiendo bien a dónde nos estamos dirigiendo como sociedades. Pero veo noticias y no es un buen momento. En muchos paises, hay caos y polarización, está por todos lados. Recientes disturbios en Chile, Bolivia, Ecuador y Colombia, son prueba de ello. Ni qué decir de Venezuela. Incluso en los EEUU, la división entre demócratas y republicanos es la más severa que se haya visto en la historia; no paran de atacarse, y actualmente se está cocinando una destitución constitucional al presidente Donald Trump (el impeachment), algo nunca antes visto. Trump es un personaje controvertido, qué duda cabe, pero no seamos ingenuos, no es ni más ni menos que muchos otros de sus antecesores.








En mi Perú, hay varias brechas entre personas, algunas muy profundas. La más importante creo que es entre los fanáticos fujimoristas, y los que no lo son; yo soy de los segundos. Y esta brecha divide al país casi en dos. Es sorprendente, no comprendo por qué hay personas que cierran los ojos ante las evidencias de corrupción y decadencia. Entiendo que hayan personas que en su momento, apoyaron y estuvieron de acuerdo con las acciones de Alberto Fujimori, cuando era presidente. Particularmente durante su primer gobierno (1990-2000) y en la primera parte del segundo. Veníamos de un desastroso gobierno aprista, que nos puso al borde del abismo, con una hiperinflación increíble y con el terrorismo ganando terreno; Fujimori hizo lo que debía hacer (aplicar el plan de Mario Vargas Llosa), frenó la crisis económica, y sentó las bases para que la lucha contra el terrorismo sea más eficiente. Nadie fuera de su sano juicio se podría oponer a lo que Fujimori hizo al inicio. Pero luego, cuando el poder se le subió a la cabeza, tomó por asalto las instituciones, trató de copar todo el estado (compra de congresistas, poner a sus allegados en cargos de decisión en el poder judicial, comprar prensa, etc. etc), y sobre todo, empezar a robarse el dinero de los peruanos, eso ya no es aceptable. Todo maquinado astutamente por su mano derecha y asesor en la sombra, el ex-capitán del ejército, Vladimiro Montesinos. Muchos de sus latrocinios fueron corroborados y luego Fujimori escapó a refugiarse en Japón, donde vivió cinco años, e incluso llegó a ser candidato al parlamento japonés. Misteriosamente a fines del 2005 salió de japón y llegó a Chile, donde fue detenido (tenía una orden de Interpol) y luego extraditado al Perú. Actualmente cumple condena en Lima. A pesar de todo, una gran parte del país lo sigue apoyando y ahora también apoyan a su hija Keiko, quien no tiene calificaciones suficientes como para ser presidente. Es algo que no llego a comprender.

Similares polarizaciones de opinión se pueden ver el muchos países, incluso en Europa, miren lo que está pasando en España y Francia; nos estamos dividiendo y enfrentando, yo diría que estamos retrocediendo. En lugar que el mundo se unifique poco a poco, estamos armando clanes con marcado odio hacia nuestros vecinos. La humanidad debería de eventualmente (me refiero a en unos 100 o 200 años), unirse en una sola federación mundial, con representantes de las diferentes naciones, y ponerse de acuerdo para resolver los principales problemas del mundo. Algo así como la Fundación de Asimov, o la Federación de la saga Star Trek; una organización de todas las naciones donde se vigile que el mundo esté libre de atrocidades y pobreza. ¿Llegará a ser eso algún día las Naciones Unidas? 

Por el contrario, actualmente es un tiempo de separación, de ira, de desunión, de conflictos. No puedo creer por ejemplo que los Catalanes no se sientan españoles, o que los bolivianos de Sucre y los del altiplano se miren como extraños, que exista gente de extrema derecha e izquierda, con ideas antagónicas y hasta beligerantes. Incluso acabo de leer que los habitantes de Alberta, una de las provincias de Canadá, quiere separarse del resto de su país. Me temo mucho que la política mundial, salvo en algunos pocos países, es una olla de presión, que va a terminar por estallar en algún momento.

Todo se podría empezar a corregir, si los sistemas educativos empezaran a inculcar en los niños, buenos valores, de forma seria y desde los más pequeños, hasta que tengan la conciencia desarrollada y puedan asimilar estos valores como algo natural. 

Los cuatro principales valores que debemos enseñar a todos los niños, como base para una sociedad más justa, creo yo que son:
  • El respeto; para mi el valor más importante. Los humanos debemos de saber respetar a nuestros prójimos, no hacer a nadie lo que nos nos gustaría que nos hagan. Pensar en no molestar o incomodar, en ayudar, no hacer sentir mal a nadie, ni por nuestros actos, ni por inacción. El respeto genera más respeto, es como la tercera ley de Newton, su acción crea una reacción igual pero de regreso.
  • La tolerancia; en el mundo siempre habrán humanos con diferente aspecto, con diferentes creencias, con diferentes costumbres, diferentes formas de pensar. Debemos reconocer nuestras diferencias y no juzgar. Tampoco hacer burla de lo que tú consideras ridículo porque es muy diferente a lo que estás acostumbrado. A menos que toda la humanidad sea de la misma raza, con el mismo idioma, cultura  costumbres, la tolerancia es necesaria.
  • El amor; Albert Einstein dijo que el amor es la fuerza más poderosa del universo. Yo le creo. Con amor, todo es posible, realmente todo. El problema es que el mundo no cuenta con suficiente. Suena ridículamente cursi y amelado, pero es verdad. Si los conflictos que surgen entre personas, se pudieran discutir con un poco de amor, no habrían guerras, discusiones, malos entendidos, etc. Pero nadie llega a la mesa de negociación con amor entre sus notas, cuentas, papeles, demandas, acusaciones, pruebas, exigencias, etc. Imagínense que los partidos políticos y/o países se juntaran para discutir sus diferencias con amor, como si fueran hermanos por ejemplo, o hijos y padres. El 99% de las veces las discusiones acabarían con un acuerdo bueno para todas las partes, porque como amas a la persona con quien negocias, llegas a un buen acuerdo porque no quieres hacerle daño, ¿no sería genial?
  • La integridad; no hay herramienta más útil para la convivencia, que la integridad. Saber reconocer lo correcto todas las veces, y tener el coraje de hacer lo justo, es una característica tan escasa como los tréboles de 4 hojas. Si las personas conducieran sus vidas con integridad, no habrían abusos, robos, desfalcos, traiciones, intrigas, engaños, etc. La integridad incluye a la honestidad, a la lealtad, la disciplina, el orden, la responsabilidad, e incluso el respeto. 


Estos cuatro valores son los pilares de un futuro mejor, una sociedad mejor que lo que tenemos actualmente. Debemos de empezar a formar a las generaciones venideras, con estos cuatro pilares. Si lo logramos, verán que éste será un mucho mejor mundo para nuestros hijos, nietos y futura descendencia.